Quienes duermen a esta hora,
se despreocupan de sus problemas.
Es el momentáneo tiempo de escape.
Ella, a ojos cerrados, se controla.
La frígida llovizna de afuera
y la embriagada madrugada dan hambre
de alimentar sus idas y vueltas: la vida es corta.
Su sonrisa, imprecisa pero tierna,
bebe el agua de ese evento natural.
Sus pies descalzos sobre el matorral
la sostienen de aquí en más.
Y su cuerpo, más suave que lo normal.
Vive.
Tan solo quiere vivir.
Complejo tema.
19/08/2017
C'est la Vie!
El ChejoViano
El ChejoViano
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