de tener un decente departamento,
ella termina su larga mudanza
con un objeto apreciado: un retrato.
Sube por las escaleras en forma desganada.
Cuatro pisos la separan de su nueva morada.
Piso tras piso le llegan recuerdos vagos.
Echar de menos es una dulce angustia,
más si la causa es una separación corta.
Boludos malentendidos turbios. Idiotas.
Sin darse cuenta llega a la azotea. Boba.
Ida. Contempla la reciente foto de ellos dos.
Se putea hasta donde llegó esa vieja relación.
Y baja hasta su departamento estrenado.
Solo ducha tibia, una bata y una cama.
No sin antes agarrar un whisky añejo,
se despeja de esa realidad palpable en sus ojos.
Borroso mundo hiptonizante de anhelos.
10/09/2017
C'est la Vie!
El ChejoViano
El ChejoViano
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