Así de la nada, ella arrancó
uno de los tantos dientes de león
que crecen en su jardín de atrás.
Con todas sus fuerzas respira.
Y esa hierba se deshace más allá.
El vaho de la tarde lo revolotea cual canción
íntima de cualquier trovador folk.
Vaga y risueña. Adormecida. Falto de ira.
El camino del diente es incierto.
¿A dónde irá a parar con este corporal viento?
Ella solo espera la misma devolución.
La pava hierve.
El lavarropa desborda.
Caos.
Paciencia.
Va a llegar, carajo.
30/08/2017
C'est la Vie!
El ChejoViano
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